En 1927 un filósofo francés osaba publicar un valiente ensayo en el que denunciaba a buena parte de los pensadores de su tiempo por lanzarse al combate político enarbolando la bandera de la sinrazón, del militarismo y de la xenofobia, y eligiendoMoreEn 1927 un filósofo francés osaba publicar un valiente ensayo en el que denunciaba a buena parte de los pensadores de su tiempo por lanzarse al combate político enarbolando la bandera de la sinrazón, del militarismo y de la xenofobia, y eligiendo como enemigos a los que precisamente debían ser sus ideales: la verdad, la justicia, la razón, la libertad.
El filósofo se llamaba Julien Benda, y el ensayo, al que el éxito y la polémica acompañarían desde el momento mismo en que vio la luz, llevaba el contundente y revelador título de La traición de los intelectuales.------------Nunca los males del intelectual (mercenario por busca de halago o de influencia) al servicio del nacionalismo o de la clase social han sido denunciados con tanto vigor panfletario y tanta elegancia estilística. Especialmente el nacionalismo, esa lacra vergonzosa y criminógena del siglo XX, mereció su más rotundo repudio... un intelectual debía avergonzarse de tener una nación lo mismo que algunos santos de arrebatada espritualidad se avergonzaban de tener un cuerpo (Fernando Savater)